domingo, 20 de mayo de 2018

La Búsqueda


Estaba en el comedor solo porque eran las 3.AM ,comotodos los días   escribía  cartas para mi madre aunque no la conciamientras que jugaba con el camafeo  que ella me había dado cuando nací .

El camafeo se callo y se abrióDentro estaban las iniciales JG. Ese día  decidí escapar.  Arme un plan: al otro día, las doce,  escaparía de el orfanato yemprendería la búsqueda de mi madre.

Al otro día me levante temprano, hice un bollo con la ropa sucia que me había olvido de lavar.Así  parecería que  había alguien durmiendo. Luego  fuimos todos a el comedor. Tire mi sopa al piso y el patrónme mando afuera arreglar la pared , en ese   momento,corrí.

El primer día fui con un papel y una pluma anotando todas las joyerías del pueblo.  Pero tenia mucha hambre,entonces fui a una panadería y robe un pan, me sentí muy mal, pero si quería encontrar mi madre, ese era el precioque tenia que  pagar. Dormí en la calle y una campesinavieja me alcanzo una manta, que me ayudo a dormir mejor.

En el segundo día, fui dos joyerías; pero ninguna me pudo ayudar con lo que necesitaba. Esa noche pensé en rendirme y volver al orfanato, pero sabia que el patrón me iba a castigar. No comí, tampoco dormí, porque estaba muy triste y pensando en mi madre.
En el tercer día, fui a una de las últimas joyerías que quedaban en la ciudad. Había una señora muy vieja, su pelo era gris como  ceniza y su piel balaca como la nieve. Lentre el camafeo y le pregunte si  lo reconocía. Ella  agarro  una  pequeña  lupa y  me dijo lo que yo mas deseaba. Ella había diseñado el camafeo para su hija, Jana Gómez. En ese momento me di cuenta de que esa señora era mi abuela. “Ese camafeo me lo dio mi mamacuando nací, le dije emocionado. Los ojos de la anciana se llenaron de lagrimas:  “No sabia nada, este camafeo era de Juana,  se lo di cuando era bebeCuando ella murió,  yo no la veía desde hacia mucho tiempo… ¡Perdón!”

Yo era solo un nene de once años. Me largue a llorar y abrace a mi abuela.

A los quince años, ella falleció.Era lo  único que tenia. Por eso, caí en una profunda depresión y deje de ir a trabajar a la fabrica y me echaron A algunos les sonara absurdo vivir buscando a sus familiares por el mundo, pero yo no tenia nada que perder. 
Mi abuela me había contado algunas cosas sobre mi padre,me dijo que el vivía en un pueblo llamado Boserep.

Trate de ir para haya, pero el boleto de tren salía muy caro, por esa razón decidí volver a trabajar.
Hoy tengo 21 años y estoy escribiendo mi historia desde el tren para Boserep.